28 de julio de 1794 – Maximilien Robespierre y Louis Antoine de Saint-Just son ejecutados por la guillotna en París.

Louis de Saint-Just

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Louis Antoine de Saint-Just

Louis Antoine Léon de Saint-Just, (Decize; 25 de agosto de 1767París; 28 de julio de 1794) fue un políticorevolucionario francés. Algunos autores lo llamaron el «Arcángel del Terror» por haber organizado los arrestos y persecuciones de muchas de las figuras más famosas de la Revolución.

Biografía

Louis era hijo de Louis Jean de Saint-Just de Richebourg (1716-1777), un militar que había sido nombrado caballero de la Orden de San Luis, y de Marie-Anne Robinot (1736-1791), hermano de Louis-Marie-Anne de Saint-Just de Richebourg y de Marie-Françoise-Victoire de Saint-Just de Richebourg. Según algunas fuentes estudió Derecho en Reims, donde también habían estudiado Jacques-Pierre Brissot y Georges Jacques Danton. Cuando su amiga de juventud se casó con un partido más ventajoso, robó unas joyas a su madre y huyó a París, y a petición de su progenitora fue internado en un correccional durante seis meses a finales de 1786.

Durante su estancia en el reformatorio redactó un largo poema satírico-pornográfico «Organt», publicado de forma anónima dos años más tarde. En él critica a lamonarquía absoluta, de la nobleza y de la Iglesia. Participa desde sus inicios en la Revolución en París, aunque luego se marcha para reunirse con su familia enBlérancourt. Allí alcanza el grado de teniente coronel de la Guardia Nacional en julio de 1789. Este contacto con la población rural le servirá para efectuar su aprendizaje como político, ya que Saint-Just se implicará mucho en la vida local. Revolucionario radical, participó en la Fiesta de la Federación en 1790, formó parte del dispositivo que escoltó a Luis XVI de regreso tras su intento de fuga. Conoció a Robespierre y se convierte en una de las personas más cercanas a éste. Al igual que este último, Saint-Just se siente fascinado por la cultura grecorromana (origen de la democracia y la República) y se compara con Bruto.

Aunque se presentara para las elecciones en 1791 a la Asamblea Legislativa, se le niega el derecho a ocupar el escaño en razón de su edad. Resulta elegido por el departamento de Aisne en 1792 en la Convención y se une al Partido de la Montaña. Pronto se revela como uno de los principales oradores, tanto durante el proceso a Luis XVI (durante el que pronuncia estas frases que siguen una implacable retórica inspirada en Rousseau: «No es posible reinar de modo inocente», «Todo rey es un rebelde o un usurpador») como durante la redacción de la Constitución. Su vehemencia y su incontestable talento retórico harán de él una de las voces de la montaña y luego del Comité de Salvación Pública, batiéndose sin piedad contra sus adversarios girondinos. Tras las diversas conspiraciones del rey se mostró partidario de ejecutar a Luis XVI y a su esposa María Antonieta, que también había recurrido a su familia en Austria para tratar de derribar por la fuerza de las armas el gobierno revolucionario.

Miembro en varias ocasiones del Comité de Salvación Pública, se le comisiona ante los ejércitos, junto a su amigo y compañero en la Convención Philippe Le Bas, desde el 22 de octubre de 1793 hasta mediados de enero de 1794, en el ejército del Rin. Restableció la disciplina y obtuvo el respeto y la consideración de los soldados, aunque también se mostró impasible a la hora de ejecutar a los disidentes, lo que le proporcionó reputación de ser uno de los más radicales en el periodo del Terror. Consigue tomar Bitche y liberar Landau.

De regreso en París, es uno de los protagonistas en la caída de los dantonistas y de los hebertistas. Sus palabras fueron: «No más compasión, no más debilidad con los culpables…» Estas muertes causaron la pérdida del apoyo popular a Robespierre y Saint-Just.

Vuelve a salir comisionado el 28 de abril, partidario de la ofensiva a ultranza, que terminó con las victorias de Courtrai y de Fleurus.

El 9 de termidor del año II (27 de julio de 1794), Saint-Just y Robespierre son detenidos por la Convención, atacados tanto por las fuerzas contrarrevolucionarias y moderadas, representantes de la burguesía liberal rica, asustada con el curso de los acontecimientos, como también por los representantes de la izquierda radical descontentos con la política religiosa y con las ejecuciones de algunos líderes populares parisinos. En un momento en el que muchos de los antiguos colaboradores de Robespierre deciden traicionarle, Saint-Just da pruebas inequívocas de su integridad y le apoyará hasta el final. A pesar de que parte del pueblo de París se levanta en armas y libera a ambos, hay interpretaciones en el sentido de que Saint-Just se negó a organizar las fuerzas populares. Detenido otra vez por los thermidorianos, es ejecutado sin juicio en la guillotina junto a Robespierre y sus partidarios el 10 de Termidor. Sus muertes marcaron el final del periodo del Terror.

 

Maximilien Robespierre

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Maximilien Robespierre
Robespierre.jpg

Robespierre c. 1790, (anónimo), Museo Carnavalet, París, Francia

Cocarde tricolore.svg
Miembro del Comité de Salvación Pública de Francia
por París
27 de julio de 179327 de julio de 1794

Cocarde tricolore.svg
Presidente de la Convención Nacional de Francia
4 de junio de 179427 de junio de 1794
Predecesor Claude-Antoine Prieur-Duvernois
Sucesor Élie Lacoste

22 de agosto de 17935 de septiembre de 1793
Predecesor Marie-Jean Hérault de Séchelles
Sucesor Jacques-Nicolas Billaud

Cocarde tricolore.svg
Diputado de la Convención Nacional de Francia
20 de septiembre de 179227 de julio de 1794

Grand Royal Coat of Arms of France & Navarre.svg
Diputado de la Asamblea Nacional Constituyente de Francia
9 de julio de 178930 de setiembre de 1791

Grand Royal Coat of Arms of France & Navarre.svg
Diputado de la Asamblea Nacional de Francia
17 de junio de 17899 de julio de 1789

Grand Royal Coat of Arms of France & Navarre.svg
Diputado de los Estados Generales de Francia
por Tercer Estado y Artois
6 de mayo de 178916 de junio de 1789

Información personal
Nombre en francés Maximilien de Robespierre Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 6 de mayo de 1758
Royal Standard of the King of France.svg Arrás, Reino de Francia
Fallecimiento 28 de julio de 1794 (36 años)
Bandera de Francia París, República Francesa
Causa de la muerte Guillotina Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Francesa Ver y modificar los datos en Wikidata
Lengua materna Francés Ver y modificar los datos en Wikidata
Religión Deísmo
(Culto de la razón y del Ser supremo)
Partido político Jacobinos
Familia
Padre François de Robespierre Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Alma máter Liceo Louis-le-Grand
Información profesional
Ocupación Abogado y político
Distinciones
  • Concours général Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma Signature de Maximilien de Robespierre.jpg

Maximilien François Marie Isidore de Robespierre,1​ más conocido como Maximilien Robespierre2​ (Arras, 6 de mayo de 1758París, 28 de julio de 1794), fue un abogado, escritor, orador y político francés apodado «el Incorruptible». Fue uno de los más prominentes líderes de la Revolución francesa, diputado, presidente de laConvención Nacional en dos oportunidades, jefe indiscutible de la facción más radical de los jacobinos y miembro del Comité de Salvación Pública, entidad que gobernó Francia durante el periodo revolucionario conocido como el Terror.

Robespierre, jurista de profesión, inició su carrera como juez penal de la diócesis de Arras,3​ además de ejercer como defensor legal, especialmente de los sectores más desposeídos, lo cual, junto con su entonces fuerte oposición a la pena de muerte y la notoriedad que acumuló como escritor, lo convirtieron en uno de los más notorios abogados de Arras. Su fama pronto lo llevó a la política, resultando electo diputado por el Tercer Estado en losEstados Generales en 1789, encarrilándose desde entonces hacia un rápido ascenso político, hasta alcanzar la presidencia de la Convención Nacional y transformarse en uno de los más poderosos líderes de la Revolución.

Entre 1793 y 1794, lideró el denominado «Reino del Terror», durante el cual gobernó Francia de forma autocrática, sumiendo al país en un período de persecuciones políticas, incertidumbre generalizada y continuas ejecuciones portraición, sedición, conspiración, entre muchos otros crímenes. Este periodo presentó a un Robespierre firme, autoritario y decidido a purificar a Francia de cualquier opositor a la Revolución, llegando a justificar en su defensa el uso de la pena de muerte a la que tanto se había opuesto en el pasado.

Finalmente, tras la muerte de Danton, se desencadenaron una serie de divisiones políticas dentro de la Convención Nacional, y Robespierre reaccionó concentrando cada vez más poder en el Comité de Salvación Pública. Esto sólo agravó aún más la situación, provocando que un cuerpo de soldados opuestos a sus políticas asaltaran el Ayuntamiento de París, donde él y varios de sus allegados se encontraban. Durante el asalto, resultó herido en la mandíbula en circunstancias inciertas. Fue arrestado y guillotinado el 28 de julio de 1794 (10 de Termidor) junto a veintiún seguidores.

Robespierre acabó sucumbiendo a su caída política ocasionada por la propia inestabilidad que él mismo había generado. Su muerte fue seguida de una reacción termidoriana que desmanteló el régimen del Terror e hizo añicos el gobierno puramente revolucionario, que fue reemplazado por el Directorio, de carácter más conservador.

Infancia y juventud

Maximilien Robespierre era el hijo mayor de Maximilien-Barthélémy-François de Robespierre, nacido en 1732, abogado ante el Consejo Supremo de Artois, y de Jacqueline-Marguerite Carraut, tres años menor e hija de un cervecero de Arras. Después de conocerse en 1757, los dos jóvenes se casaron el 2 de enero de 1758.

Robespierre, que nació en Arras el 6 de mayo del mismo año, fue concebido antes de la celebración del matrimonio de sus padres.

Su padre era descendiente de una familia de juristas de Artois. Su abuelo, Maximilien (1694-1762) también fue miembro del Consejo Supremo de Artois. Su bisabuelo Martín (1664-1720) fue fiscal en Carvin y su tatarabuelo Robert (1627-1707) notario en Carvin y bayle de Oignies.

La pareja tuvo cuatro hijos más: Charlotte, en 1760, Henriette-Eulalie-Françoise en 1761 y Agustín en 1763. El más joven nació el 4 de julio de 1764, pero la madre murió ocho días después, a la edad de veintinueve años, y el recién nacido, a continuación. Robespierre tenía entonces seis años.

Según las Mémoires de Charlotte, François de Robespierre habría abandonado a sus hijos después de la muerte de su esposa. En cambio, según el historiador Gérard Walter, existen huellas de su presencia en Arras en marzo y en octubre de 1768. Además, dos cartas suyas enviadas desde Mannheim confirman que vivía en Alemania en junio de 1770 y octubre de 1771. Al año siguiente, según el registro del Consejo de Artois, se ocupó de quince litigios entre el 13 de febrero y el 22 de mayo. Finalmente, en marzo de 1778, a la muerte de su abuelo, se encontraba ausente, ya que se hizo representar en un juicio ante el Escabinado de Arras. A partir de ahí, si se da crédito a este documento, se pierde su rastro.4

El abad Proyart, que afirmó haber conocido personalmente al padre de Maximilien, cuenta que, tras haber vivido algún tiempo en Colonia, le habría comunicado su deseo de viajar a Londres y, desde allí, al Caribe. Esta hipótesis, discutida por Albert Mathiez,5​ es rechazada por Gérard Walter6​ y Auguste Paris.7

Un acta de enterramiento descubierta por Irmgard Hörl en 1956 indica que el padre de Maximilien falleció en Múnichel 6 de noviembre de 1777, donde había sido profesor de idiomas (Sprachmeister).89​ Así lo admiten Catherine Fouquet10​ y Henri Guillemin.11​ En todo caso, tras la muerte de su madre, las dos niñas fueron acogidas por sus tías paternas y los dos niños por su abuelo materno, Jacques Carraut (1701-1778).

En 1765 fue matriculado en el Colegio de Oradores de Arras. En 1769 obtuvo una beca para estudiar en el Liceo Louis-le-Grand de París, donde destacó académicamente (en especial en filosofía y derecho) y fue compañero de escuela de otros futuros líderes revolucionarios, entre ellos Camille Desmoulins y Georges Danton. Una leyenda muy difundida sostiene que, en junio de 1775, Robespierre fue escogido de entre todos los alumnos del Louis-le-Grand para recitarle unos versos en latín al recién coronado Luis XVI, y que éste, después de escuchar sin el menor interés al joven, se habría marchado rápidamente, sin siquiera bajarse de su carruaje, para evitar mojarse con la lluvia. Robespierre se graduó de la Escuela de Leyes en 1781 y ejerció la práctica privada en su natal Arras, con moderado éxito.

Inicios en la política

Maximilien Robespierre en 1785. Óleo de Pierre Roch Vigneron.

Robespierre decidió presentarse a las elecciones a los Estados Generales de abril de 1789, haciéndose conocido en su localidad por su panfleto Adresse à la nation artésienne. Si bien los principales terratenientes de la provincia se presentaron para la elección, el 26 de abril Robespierre fue elegido como el quinto diputado del Tercer Estado.

Al reunirse los Estados Generales en Versalles el 5 de mayo de 1789, la pasión de Robespierre empezó a ser evidente.Mirabeau dijo de él: «Este joven hombre cree en lo que dice: va a llegar lejos». Ferviente partidario de las ideas deRousseau, ya le empezaba a dar forma propia en sus discursos en la asamblea, que eran tachados de extremistas por la mayoría.

Gran orador en la Asamblea Constituyente, a la que dirigió unos 150 discursos hasta 1791, se fue perfilando como uno de los líderes del pequeño grupo de extrema izquierda denominado despectivamente por Mirabeau como «Las treinta voces».

Desde la época de los Estados Generales, Robespierre había participado en el club de «Los amigos de la Constitución», que al trasladar su recinto al edificio de los monjes jacobinos (dominicos) serían reconocidos como los «jacobinos». Rodeado de personas del origen social parecido, y al volverse cada vez más un club muy restringido, Robespierre fue ganando terreno hasta convertirse en el líder del movimiento en el verano de 1792.

La fuga del rey y su detención en Varennes arruinó las posibilidades de una monarquía constitucional viable. Si bien Robespierre guardó aparente cautela, miles de manifestantes decidieron pedir la abdicación del rey en el Campo de Marteel 17 de julio de 1791, pero fueron dispersados a balazos por el batallón al mando de La Fayette. Los líderes de izquierda temieron por la reacción, Marat pasó a la clandestinidad, Danton a Inglaterra y Robespierre se mantuvo en París, refugiado en la casa de Maurice Duplay, un ebanista que residía en la Rue Saint-Honoré y simpatizante jacobino, lo que reforzó su posición al mantenerse en París y con su club durante esta grave situación.

El 30 de septiembre, en la disolución de la Asamblea Constituyente, Pétion y Robespierre, que gozaban de un tremendo apoyo popular, se convirtieron en dos de las figuras más representativas del momento.

El Terror

Busto de terracota de Robespierre, por Deseine, 1792 (castillo de Vizille)

Denunció la guerra de Francia contra Austria (1792) por considerar que Francia no estaba preparada para un conflicto de tal magnitud. Formó parte de la Convención Nacional, que se eligió por sufragio universal, y en la que se sentó entre losmontañeses, llamados así por tener sus escaños en la parte alta del hemiciclo de la Asamblea Nacional. El apoyo de los revolucionarios de París (los sans-culottes) en las asambleas de cada distrito y municipio de la región parisina, llevó a Robespierre al poder: primero como miembro de la Comuna revolucionaria (el ayuntamiento) que ostentaba el poder local; luego como representante de la ciudad en la Convención Nacional que asumió todos los poderes, y en la que Robespierre apareció como portavoz del partido radical de la Montaña (junto con Danton y Marat). Fue en este momento cuando Robespierre manifestó abiertamente su republicanismo. Luchó firmemente contra los girondinos, el grupo de diputados moderados procedentes de la región de Burdeos, la Gironda, grupo de carácter conservador que abogaba por un Estado descentralizado y se inclinaba por mantener la monarquía constitucional o, en todo caso, llevar a cabo una revolución moderada. Ya antes, Robespierre estaba en desacuerdo con los girondinos sobre la conveniencia de la guerra contra las monarquías europeas, que los girondinos defendían con el argumento de llevar la libertad a los súbditos de los reyes. Robespierre estaba en contra, convencido de que «nadie quiere a los misioneros armados». Los girondinos constituían un grupo de presión político muy fuerte en la Asamblea Nacional pero al oponerse a la línea de firmeza republicana radical que representaban los jacobinos y tras su rechazo a la ejecución de Luis XVI (que consideraban excesiva), Robespierre no cesó de atacarlos salvajemente en sus discursos. Finalmente, en 1793, Robespierre, apoyado por unas masas populares convenientemente dirigidas, dio un golpe de Estado y desmanteló el grupo girondino, arrestando a todos los dirigentes principales que pudo capturar.

La situación de la República en ese año de 1793 era de extrema gravedad, acosada en sus fronteras y con graves disturbios en su interior. Existía, asimismo, una seria desconfianza hacia el poder de los gobiernos, y la línea política jacobina propugnaba que la Asamblea Nacional fuera el centro del poder político, siendo los ministros meros ejecutores de las políticas emanadas de la Asamblea, con lo que Robespierre controlaba de este modo todo el poder. El acoso sufrido por la República provocó la formación del llamado Comité de Salvación Pública dotado de poderes especiales, pero que debía rendir cuentas ante la Asamblea mensualmente de sus decisiones y actividad. El 9 de Termidor del año I (el 27 de julio de 1793), Robespierre entró a formar parte del Comité de Salvación Pública y gracias a su prestigio se convirtió en el principal dirigente de la nueva república, el de la «dictadura jacobina» obligada a proponer y ejecutar medidas excepcionales que se consideraban indispensables para salvaguardar la República de las graves amenazas tanto internas (guerra civil en la región de Vendée) como externas.[cita requerida]

Actuar en ejercicio de la Virtud, esto es, ejercerla individual y colectivamente, es una de las claves del pensamiento republicano de Robespierre; pero en los momentos históricos que atravesaba Francia y su nueva república democrático popular (la del periodo de dominio jacobino), el peligro que representaban los enemigos de la república era real: los legitimistas franceses, los expatriados franceses en Inglaterra o en los reinos alemanes y los conflictos constituían una amenaza. Robespierre consideraba que la República debía defenderse de forma contundente y rápida, arrebatando a sus enemigos la iniciativa, y a esa acción la denominaba el «Terror», esto es, según él, la aplicación inmediata de la justicia republicana con el objetivo de neutralizar a los enemigos de la República. De esta forma, el Terror, en el lenguaje republicano jacobino, es una acción en defensa de la Virtud, al objeto de defender el bien público, la República, estando obligado el Comité de Salvación Pública que asumía la defensa de ésta a dar cuenta pública de sus acciones. Desafortunadamente, la puesta en práctica de tales principios a manos de algunos «delegados en misión» (comisarios delegados en las provincias) condujo a ejecuciones en masa de todo sospechoso de ser contrarrevolucionario.

Caricatura que muestra a Robespierre ejecutando al verdugo después de guillotinar a todos los franceses

El periodo del Terror supuso la muerte en la guillotina de miles de personas, muchas de ellas obreros y campesinos, pero sobre todo fue un símbolo de ruptura total con el pasado absolutista y la monarquía. Robespierre había sido un firme partidario de la abolición de la pena de muerte, pero su percepción se modificó al asumir la obligación de defender la República de sus enemigos, llegando a considerar que estaba justificada, siempre y cuando el ejecutado fuese un «enemigo».

La dinámica de continuos enfrentamientos internos sometió a la República de Robespierre a una gran tensión. Robespierre jugaba un papel más o menos centrista en el gobierno revolucionario. Se enfrentó a los ultrarrevolucionarios o hebertistas (seguidores deHébert) (24 de marzo de 1794), así como a los llamados «Indulgentes» agrupados en torno a Danton y Desmoulins (5 de abril de 1794). Actuando según el procedimiento habitual, el Comité de Salvación Pública procedió a eliminar a la oposición, tal y como se había hecho con los girondinos: Danton, Desmoulins y Hébert fueron detenidos, juzgados sumariamente y ejecutados en la guillotina.

Maximilien Robespierre trató entonces de imponer su ideal de república democrática y virtuosa: «El terror, sin virtud, es desastroso. La virtud, sin terror, es impotente.» La propuesta republicana de Robespierre asumía los valores de la Ilustración y los desarrollaba políticamente en la práctica, coronándola espiritualmente con la institución del culto al Ser Supremo, en realidad una concesión teísta frente a los sectores más abiertamente antirreligiosos. El sistema administrativo escogido fue el centralista, potenciando el francés como único idioma para la enseñanza, lo que a largo plazo supuso prácticamente la erradicación de las lenguas romances del sur, del flamenco, del alemán, del bretón y del vasco.

Teoría del gobierno revolucionario

La teoría del gobierno revolucionario es tan nueva como la revolución que la ha traído. No hay que buscarla en los libros de los escritores políticos, que no han visto en absoluto esta Revolución, ni en las leyes de los tiranos que contentos con abusar de su poder, se ocupan poco de buscar la legitimidad; esta palabra no es para la aristocracia más que un asunto de terror; para los tiranos, un escándalo; para mucha gente un enigma. El principio del gobierno constitucional es conservar la República; la del gobierno revolucionario es fundarla. El gobierno constitucional se ocupa principalmente de la libertad civil; y el gobierno revolucionario de la libertad pública. Bajo el régimen constitucional es suficiente con proteger a los individuos de los abusos del poder público; bajo el régimen revolucionario, el propio poder público está obligado a defenderse contra todas las facciones que le ataquen. El gobierno revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo no les debe sino la muerte.

Robespierre, La teoría del gobierno revolucionario

Robespierre, sometido a una continua presión y deseoso de aplicar su programa sin trabas, empezó a ausentarse de las reuniones formales del Comité de Salvación Pública; esto provocó una gran inquietud entre miembros de la Convención y del propio Comité, incluso entre quienes habían sido hasta entonces partidarios del terror (Fouché, Barras, los diputados del Marais[cita requerida]), que temían, muy justificadamente, seguir los pasos de Danton y Hébert. La instauración del Gran Terror (Ley de Pradial, año II — 10 de junio de 1794), fue considerada innecesaria, ya que tras las victorias militares (Fleurus, 26 de junio de 1794) la Revolución ya estaba consolidada y no era preciso un régimen tan extremista. Pensando, no sin razón, que la continuidad de «El incorruptible» al frente del Comité de Salvación Pública implicaría que Robespierre estaba ahora decidido a limpiar la República de todo aquel que pudiera rivalizar con él en el liderazgo de la nación, por lo que comenzó a fraguarse un golpe de estado en el interior del propio poder revolucionario, cuya cúpula estaba repleta de girondinos no confesos, de jacobinos deseosos de vengar las muertes de Danton y Hébert, o simplemente de gente temerosa de ser acusada de traición y ajusticiada en consecuencia por el inflexible Robespierre.[cita requerida]

Caída y muerte

La ejecución de Robespierre. El hombre decapitado que se observa es Couthon; el cuerpo de La Bas está tendido en el suelo; Robespierre aparece sentado en el carro cerca del cadalso con un pañuelo sobre la boca.

El 8 de Termidor del año II (26 de julio de 1794), Robespierre pronunció un discurso extraño que se podía interpretar como un testamento político, pero también como aviso de que iba a denunciar ante la Convención a nuevos traidores a la revolución. Al día siguiente, apareció uno de sus colaboradores más estrechos, Louis de Saint-Just, para presentar un informe del Comité sin haberlo leído antes a los otros miembros del mismo. Aunque se trataba de una propuesta de conciliación, algunos diputados, aterrados ante la posibilidad de que fuera a reclamar la depuración dando nombres, comenzaron a dar gritos, impidiéndole seguir con el discurso. Un grupo de diputados fue especialmente activo en este sentido, ya que en los días anteriores habían planeado la caída de los robespierristas. Finalmente, después de que el centro le negara su apoyo, Robespierre fue acusado de dictador y detenido junto con otros dos miembros del Comité, Saint-Just y Georges Couthon. El hermano de Robespierre, Augustin, junto con Philippe Le Bas, miembro del Comité de la Seguridad General, pidieron ser arrestados junto con ellos.

Liberados de la cárcel por la comuna de París, que les prestó apoyo, los robespierristas se refugiaron en el edificio del ayuntamiento, respaldados por un sector del ejército mandado por el general Hanriot. Esa misma noche, las tropas leales a la Convención asaltaron el ayuntamiento, que se había ido vaciando a medida que pasaban las horas. El edificio, tras un tiroteo durante el cual Robespierre resultó herido de un disparo en la cara a la altura de la boca (no se sabe si fue autoinfligido o producto de la escaramuza), cayó en manos termidorianas. Al día siguiente, Robespierre fue conducido a la plaza de la Revolución (hoy plaza de la Concordia), en la que cientos de personas habían muerto durante los meses anteriores, y fue guillotinado junto a veintiún colaboradores, entre los que se encontraban Saint-Just, Couthon y el general Hanriot. El cuerpo de Robespierre y el de los demás condenados fue enterrado en una fosa común en el cementerio de Errancis, en la que se vertió cal viva a fin de borrar todo rastro. Su caída acabó con el Terror y con el impulso democrático de la República.